¡Esta es una revisión vieja del documento!
Xenofobia en España en el Siglo XXI La actitud de los españoles hacia los inmigrantes se deterioró en 2012 por la crisis, aunque la convivencia sigue siendo buena y las actitudes racistas no han aumentado demasiado, en contraste con otros países europeos como Francia, Austria o Suiza –donde los partidos xenófobos se han beneficiado enormemente de la recesión y la tasa de paro–. Mientras que la gente que declaraba aceptar a los inmigrantes en 2010 era un 70%, en 2012 esta cifra se redujo al 57%. En el mismo periodo, el rechazo declarado a las comunidades inmigrantes aumentó de un 10% a un 14%. Los datos han sido facilitados este viernes por la Fundación La Caixa, que ha presentado un informe elaborado en 17 barrios o distritos de 14 provincias en toda España.
El muestreo del informe incluye 9.323 entrevistas personales en estas localidades, de perfil socio-económico bajo, alta densidad migratoria (interna y extranjera) y presencia de otras minorías étnicas como la gitana. La elección de las comunidades deriva directamente del plan de integración de la fundación privada, que cuenta con el apoyo del Gobierno.
El aumento de la intolerancia no llama “en exceso” la atención. En el caso español cabe destacar, “la sosegada acogida de los inmigrantes, y que esta se haya mantenido durante seis años de crisis terrorífica”. El aumento del rechazo se puede explicar por “la gravedad de la crisis, pero esas manifestaciones no son mayoritarias”. Un ejemplo de tolerancia es la baja incidencia de islamofobia en el país, en comparación con otros países europeos. “Es cierto que aquí hay menos inmigrantes musulmanes, pero los atentados de Atocha [el 11-M] no se tradujeron en grandes rechazos ni incidentes”. Según el informe, dos de cada tres habitantes (el 67%) considera inaceptable que se excluya a una alumna de un colegio por llevar puesto el velo. A pesar de ello, el recelo declarado hacia “lo musulmán”, según la encuesta, aumentó de un 23% a un 26% entre 2010 y 2012. Los datos de convivencia, a pesar de todo, son positivos. La gran mayoría de encuestados (el 78%) siente que su barrio es un buen lugar para vivir. Y el 44% de padres cree que la diversidad en la escuela es enriquecedora para sus hijos, frente al 2% que cree que es perjudicial.
Los antropólogos y sociólogos que han elaborado el documento inciden en la importancia del trabajo en el ámbito local: el día a día con Ayuntamientos, ciudadanos y asociaciones en los barrios. La reforma de la Administración local, aprobada el año pasado por el actual Gobierno popular, restringirá las posibilidades de los Ayuntamientos de presentar proyectos de apoyo social por cuenta propia. La competencia de este tipo de iniciativas ya era de las comunidades autónomas antes de la reforma, pero a efectos prácticos los municipios ahora tendrán más dificultades para prestar ayuda de este tipo. “Una centralización hacia arriba es contraproducente” porque la cohesión social “es un papel absolutamente indispensable de la Administración local”. “Cuando la falta de infraestructura coincide con la alta diversidad se produce una mezcla explosiva porque se culpa al otro”. Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales denunció esta restricción, que ha sido defendida por el Gobierno como una medida de ahorro repetidas veces el año pasado. Mantienen que la reforma local es “la mayor amenaza que se cierne sobre los servicios sociales”, ya que estas competencias “se califican en su mayor parte como impropias y deberán dejar de prestarse”. La asociación sostiene que “los servicios sociales de proximidad de los Ayuntamientos constituyen una primera, digna y silenciosa línea de contención” de las personas empobrecidas por la crisis.
La xenofobia es definida por la RAE como el miedo, hostilidad, rechazo u odio al extranjero. Este término tiene manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, como el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es el racismo.
La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial define la discriminación racial o xenofobia como: Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública (Artículo 1º de CERD)
Existe en la actualidad una creciente preocupación por el rebrote de estas formaciones y de estas actitudes debido al masivo fenómeno inmigratorio y los conflictos interculturales derivados de su mala gestión.
Se diferencia del racismo por proclamar la segregación cultural y acepta a los extranjeros e inmigrantes solo mediante su asimilación sociocultural. Al margen de su consideración ética, la xenofobia también es un delito y numerosos Estados tienen tipificadas como delito las conductas racistas y xenófobas
Probablemente las raíces de la xenofobia se encuentren en nuestra hominización. La organización tribal conllevaría enfrentamientos y probables exterminios entre tribus vecinas. El sentimiento xenófobo, la prevención frente al extranjero, así, sería un rasgo evolutivo arcaico. Con la formación de sociedades amplias y permeables y el trasvase de información entre estas sociedades, veríamos al extranjero como portador de esa información y conocimiento.
En la Grecia clásica pueden descubrirse ya rasgos xenófobos, unos rasgos que se aprecian en los escritos platónicos: la sobrevaloración de la «polis», de la propia cultura en detrimento de las demás. En la historia, dependiendo de las civilizaciones y culturas que han entrado en contacto, se ha manifestado xenofobia entre estas civilizaciones y culturas. Así surge el antijudaismo, el racismo contra las etnias americanas, el racismo colonial y neocolonial europeo en África, la repulsa a los gitanos.
El siglo XX, su primera mitad, fue especialmente trágica con el exterminio de millones de personas, justificado por la xenofobia y el racismo. El juicio de Núremberg puso fin a ese periodo y se suponía concluido. La realidad es que los movimientos nazis, neonazis, racistas y xenófobos han persistido, y reaparecen con mayor fuerza en los momentos de crisis, propicios para despertar los sentimientos xenófobos.
La crisis socioeconómica en la mayoría de los piase europeos, en los últimos años, ha multiplicado los actos xenófobos que van desde las pintadas, pancartas, folletos, discursos y campañas, hasta los actos de violencia como, las agresiones individuales y colectivas, incendios provocados, linchamientos, matanzas y limpieza étnica. A menudo los medios de comunicación insisten en las diferencias culturales, presentando las costumbres y los actos culturales ajenos como cosas raras y sorprendentes. De esa manera también fomentan hostilidad, se impulsa la xenofobia contra los extranjeros, (africanos, asiáticos o latinoamericanos), y se potencia la exclusión y rechazo.
Entre los prejuicios xenófobos más extendidos están:
La decisión Marco 2008/913/JAI del Consejo de la Unión Europea, considera en su art.1 como delito de carácter racista y xenófobo:
Y en su art. 10.1 estableció un plazo máximo de dos años para que todos los Estados miembros adoptaran las medidas necesarias para dar cumplimiento a lo dispuesto en esta decisión.
Entre las distintas normativas contra esta discriminación, podríamos destacar:
En Europa, existía el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia, en funcionamiento desde 1997, que fue reemplazado en 2007 por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. La misión del Observatorio era facilitar a la Comunidad y sus Estados miembros datos objetivos, fiables y comparables a nivel europeo sobre los fenómenos del racismo, la xenofobia y el antisemitismo, que pudieran serles de utilidad cuando, en el ámbito de sus competencias, adoptaran o definieran acciones.
El Observatorio, en el momento de recoger datos sobre los fenómenos racistas y xenófobos, prestaba una especial atención a los siguientes ámbitos:
Discriminación racial y racismo:
Roberto Villar Casarejos