. ESTRATEGIAS POLÍTICAS
La estrategia siempre ha desempeñado un papel imprescindible en la conducta de los asuntos internos de los Estados, su función primera siendo la de permitir a cada uno de ellos, la adopción de un comportamiento adecuado de cara a asegurar su correcto desarrollo así como evitar la aparición de crisis graves. Al día de hoy, las estrategias políticas se podrían definir como aquellas destinadas a introducir concepciones políticas, que se trate de la elaboración de leyes nuevas, de la creación de estructuras administrativas o de la ejecución de medidas como las de descentralización o de privatización. Se trata de saber cuál es el grado de vinculación entre esas dos nociones (I) , de poner de manifiesto las estrategias políticas más empleadas (II) y por fin de interesarse en los medios y mecanismos que permiten hacerlas efectivas (III).
I-El deslinde entre las nociones de política y estrategia
-La estrategia viene subordinada a la política, en ningún caso se deben confundir.
La política suele hacerse efectiva a través de distintas vías como son la diplomacía, la economía, etc…Tales actividades están adaptadas a la realización de objetivos nacionales, mientras no surjan obstáculos o amenazas susceptibles de perjudicar la vida nacional. Sin embargo, en el caso de que aparezca una de esas situaciones, se hará necesaria la aparición de una voluntad única capaz de coordinar, mediante una acción de sumisión, todos los medios susceptibles de conducir a su superación. Aparece, al nivel estatal, una acción de estrategia general. Esa última consistiría en una aplicación de la política mediante la sumisión frente a una voluntad contraria generadora de obstáculos o amenazas. Aparece entonces claramente que no puede existir ninguna estrategia auténtica sin que se haya con anterioridad definido una política.
-La necesaria coexistencia de la estrategia y de la política.
Si la política de un país tuviera constantemente el carácter de una política total, ejecutada a través de los mecanismos de una estrategia ella también total, todas las actividades internas y exteriores, públicas y privadas, tendría que estar continua y exclusivamente subordinadas a esa política. La organización del Estado y la de todos sus grupos sociales tendrían que ser creadas y conceptualizadas en función de ese objetivo. Como lo ha demostrado la experiencia, sólo una ideología común puede justificar la enorme sumisión ejercida sobre los individuos, una ideología que hubiera sido eleborada a priori (marxismo, leninismo, hitlerismo) o que resultaría inevitablemente de estructuras ya realizadas puesto que esas últimas no podrían subsistir ni funcionar sin ellas. El Estado se convertiría entonces en un Estado totalitario sin que existiera ninguna escapatoria a esa situación.
II-Estrategias políticas básicas:
Generalmente, se suele distinguir entre estrategias ofensivas y defensivas.
-Estrategias ofensivas
Las estrategias ofensivas son siempre necesarias cuando, por ejemplo, un partido quiere elevar su porcentaje de votantes o un gobierno quiere ejecutar un proyecto. A cuyos efectos, se puede mencionar la de ampliación del mercado y la de penetración del mercado.
En el caso de la lucha electoral, el objetivo de la estrategia es conquistar nuevos grupos de electores. Para ello, se debe proponer a los actuales votantes de los partidos adversarios, una oferta nueva o mejor. Se trata entonces de una clara estrategia competitiva, en la que diversos partidos compiten por sectores del electorado.
En caso de implementación de políticas, hay que publicitar la nueva política y sus ventajas. A ese efecto,habrá que realizar un trabajo de relaciones públicas, pues de lo contrario el proyecto podrá ser rechazado en todo momento En cuanto a las políticas que hasta ahora no han sido exitosos o que incluso han fracasado, no podrán ampliar el mercado si conservan sus antiguas características: necesitarán nombres, nuevas descripciones de sus ventajas, etc…
La estrategia para penetrar el mercado no consiste en captar votantes de los partidos adversos, sino en aprovechar mejor el potencial ya existente. Se trata entonces de intensificar la congruencia entre el programa y las personas y eso significa para la organización usar nuevos canales de comunicación y mejorar la argumentación. Se debe invertir especialmente en las áreas de relaciones públicas y de capacitación.
-Estrategias defensivas
Las estrategias defensivas aparecen, por ejemplo, si un partido o una coalición gubernativa de varios partidos quiere defender su mayoría o si hay que conservar una participación en el mercado o si, en caso de abandonarlo, la retirada debe ser lo más beneficiosa posible.
Se trata de la típica estrategia para defender mayorías gubernativas. En este caso, los partidos trataron de quedarse con los votos habituales y de fortalecer los votos ocasionales.A ese efecto, se valdrán de diversas estrategias , como la de la desinformación.
Los partidos que quieren conservar el mercado actúan, pues, de un modo exactamente inverso al de los que tienen estrategias ofensivas: mientras éstos destacan las diferencias para difundir una oferta atractiva, los partidos con estrategia defensiva buscan que no se noten las diferencias.
La estrategia para abandonar el mercado puede significar dos cosas: en el primer caso, que un partido quiere realmente retirarse y, eventualmente, fusionarse con otro; en el segundo caso, que se trata de un abandono temporal del mercado, esa situación se da a menudo en las elecciones con balotaje, es decir, que incluyen una segunda vuelta electoral, en la que sólo participan las candidaturas más fuertes de la primera vuelta. En ese caso, si los candidatos se ven forzados a abandonar el mercado, deberán justificar su renuncia y recomendar por quién votar. Si se trata de la retirada total y de la fusión, habrá que planificar estrátegicamente el traspaso de afiliados y el traspaso de la organización. También se abandona el mercado cuando el Estado, se retira de una actividad hasta ahora realizada por él: es el caso típico de las privatizaciones.
III-La efectividad de las estrategias: el papel del Asesor:
Las estrategia políticas suelen definirse y hacerse efectivas mediante los aportes de las Consultorías de Estrategia. Son organizaciones especializadas en el tema, y dentro de sus tareas se encuentra el diseño y puesta en marcha de estos planes. El principal beneficio es aprovechar la experiencia y los modelos de trabajo ya probados, así como garantizarse una continuidad gracias a una estructura. La casi totalidad de los partidos políticos con cierto peso recurren a esas organizaciones.
En cuanto a la profesión de asesor político en sí misma, ya sabemos que el proceso de toma de decisiones políticas es una tarea recurrente y compleja y en particular para aquellos particulares que la desempeñan y la hacen eficaz.En cuanto a los aspectos más relevantes de esa profesión los más adecuado es citar a unas eminencias de la profesión. Así, Carlos Fernando Castañeda Castro, miembro del servicio parlamentario del Congreso de la República del Perú, considera que la idea puede ser relacionada como “una cuestión de confianza entre el político y su asesor“. Sin embargo, esa postura es atacada por José Eulogio López que asocia al asesor político con un comportamiento u oficio que “no consiste en proporcionar ideas, sino en suprimir las malas ideas que pasan por las mentes de los asesorados” y después agrega: “un asesor político no puede dejar de responder a una pregunta. Los asesores lo sabemos todo“. Joseph Napolitan, un famoso Asesor Político norteamericano, va más allá al conciliar específicos requisitos de un asesor: “la gente que vale en este negocio no es aventurera o improvisada. Es, en general, gente brillante que sabe de política y que tiene los ingredientes necesarios para ser asesor de campaña: habilidad en la toma de decisiones, voluntad para trabajar largas horas y viajar casi constantemente, conocimiento de los medios y capacidad de contar con los mejores en las variadas áreas de la comunicación política. Pocos de ellos han tenido o buscado puestos de elección popular o tienen deseos de tenerlos”.
BIBLIOGRAFÍA:
CAMINAL BADIA, Miquel. Manual de ciencias políticas, Ed. Tecnos, quinta edición, 2005. CASTELLS OLIVÁN, Manuel. Comunicación y poder, Ed. Alianza Editorial, 2009. GRACIÁN Y MORALES, Baltasar El arte de la prudencia, Ed. Temas de hoy , 2007. OLLION, Henri. Politique et stratégie. Politique etrangère, 1965, nº6, p. 479-485.