¡Esta es una revisión vieja del documento!
Autor: ALEJANDRO IBAÑEZ CLEMENTE
El sistema de economía mixta parte de la premisa de la complementariedad de la iniciativa privada y de la participación estatal en la economía. Así pues, no es un sistema económico puro al incorporar elementos de la economía planificada y de la economía de libre mercado.
La esencia de los sistemas de economía mixta está relacionada con la de las economías libre mercado al quedar consagrada la libertad individual, el reconocimiento de los particulares como agentes económicos, la propiedad privada de la mayoría de los medios de producción y la existencia del mercado. Correlativamente se reconoce al Estado un papel en tanto a la ordenación económica, en aras de la corrección de las externalidades negativas del mercado, y al impulso de las actividades económicas del sector privado.
La suma de la acción colectiva ejercida a través del estado y de la acción del sector privado han sido las ideas sobre las que se sustentan la práctica totalidad de los modelos económicos de los diversos Estados.
Al proceder a conceptualizar el sistema de economía mixta hay dos dificultades: la primera es que la concurrencia sistemas económicos puros es prácticamente imposible, es decir, los estados necesariamente asumirán elementos de ambos sistemas pese a la autodefinición política y económica de los mismos. Por lo tanto podría decirse que la inmensa mayoría de los estados han adoptado fórmulas de economía mixta, pero las diferencias entre estos estados relativas a la ordenación económica son cuantiosas: podría decirse que Cuba es un sistema de economía mixta al reconocerse ciertos márgenes para la iniciativa privada, mientras EE.UU también ostentaría estaría tal condición al existir organismos gubernamentales que velan por corregir las imperfecciones de mercado.
La segunda dificultad es fruto de las divergencias doctrinales entre los pensadores económicos al respecto, por consiguiente, no hay un acuerdo unánime de cara a fijar una definición de la economía mixta.
No obstante cabe apreciar un núcleo duro, una serie de circunstancias que permiten corroborar la existencia o inexistencia de un sistema de economía mixta.
La ciencia económica identifica tres grandes sistemas económicos (economía de libre mercado, economía planificada y economía mixta) los cuales darán una respuesta a las tres preguntas que a continuación se enuncian: qué producir, cómo producir y para quién producir.
En el caso del sistema de economía mixta se dan las siguientes respuestas:
La respuesta al qué producir tiene lugar a través del mercado y de las decisiones de sector privado, integrado, por la suma de los agentes económicos privados. Al hacer alusión al sector público, el Estado puede intervenir en la formación de los precios o en la proporción de servicios de interés público en aras del interés general.
Los destinatarios de la producción de bienes y servicios quedan determinados por la capacidad económica de cada uno de los agentes económicos privados pero el Estado mediante mecanismos tales como la redistribución de la renta a través de la configuración de un sistema impositivo puede influir en determinar el para quién se dirige la producción de bienes y servicios.
En tanto al cómo producir se sigue la estela de la economía de libre mercado, siendo la eficiencia de los agentes económicos privados el principio rector de la actividad económica los cuales pueden coexistir con entidades empresariales publicas que pueden tener o no por cometido ofrecer en el mercado bienes o servicios.
En la economía mixta la idea que preside la legitimación del Estado como agente económico, la posibilidad de intervenir en la economía, es la de corregir las limitaciones y fallos que tienen lugar en el funcionamiento de los mercados a través de políticas microeconómicas o macroeconómicas.
Durante el llamado período de entreguerras acontecieron diversas experiencias que marcaron un punto de inflexión en tanto a la concepción del Estado y la actitud por éste a mantener ante la economía: la necesidad e irreversibilidad del intervencionismo estatal. La intervención estatal en la economía girará en torno a la gestión económica y social de la sociedad, configurándose la política económica a desempeñar por los poderes públicos como una materia de primer orden.
La adopción y extensión del sistema de economía mixta está relacionada con la irrupción de fallos del mercado, fruto de la ausencia de mecanismos reguladores eficientes. No obstante, motivaciones diferentes fueron las que impulsaron la creación del sistema de economía mixta en EE.UU y en Europa.
En Estados Unidos la idea de configurar un poder público que intervenga en materia economía se implementa a partir de “El Crack del 29” y tras la gestión de la Administración Hoower. Y es que las causas del crack y su repercusión se debieron fundamentalmente a la conjunción de una crisis de sobreproducción, al desorden monetario y a la especulación en la bolsa, conducta de los agentes económicos agravada por la débil estructura bancaria y por la psicología de los accionistas.
La respuesta a la crisis consistió en consolidar un sistema de economía mixta, protagonizada por la Administración Roosevelt al asumir los planteamientos del economista británico J.M. Keynes. Así se identificó un problema a resolver: la incapacidad del mercado por sí mismo de proporcionar empleo y procurar una distribución ecuánime de renta y riquezas. Para ello se entendió que el Estado debía intervenir en la economía a través de las grandes inversiones públicas y perfilando la configuración de un sistema impositivo que posibilitaría la distribución de la renta.
En la mayoría de los estados de Europa tras la Primera Guerra Mundial se concatenaron una serie de circunstancias que aconsejaron la transformación del antiguo estado liberal a través de la intervención del Estado en la vida económica. Durante este período de posguerra descendieron exponencialmente los beneficios empresariales debido a una crisis de subconsumo (en parte debido débil situación económica de la clase trabajadora) lo que contribuía decididamente a la prolongación en el tiempo de un marco económico de estancamiento e incluso de recisión que llegó a proyectarse hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte afloraron los fallos de mercado: quedó relegado un capitalismo en el que había libre competencia entre los agentes económicos, siendo sustituido por un capitalismo en el que los monopolios en los sectores estratégicos se hicieron una constante con el consiguiente abuso de la posición dominante por parte de las empresas monopolistas.
Pese a la amplitud conceptual del sistema de economía mixta cabe identificar tres sujetos que son los que monopolizan el protagonismo en la vida económica en el sistema a tratar: el Estado, los agentes económicos privados y el tercer sector.
La intervención del Estado en materia económica además de procurar las condiciones en las que los agentes económicos privados puedan desenvolverse ajenos a las imperfecciones de mercado, generalmente ha venido perfilando unos espacios vetados a la iniciativa privada debido a su importancia para la consecución de objetivos políticos o económicos. Se trata de los llamados sectores estratégicos de la economía en los que la acción de empresas y familias queda subordinada en todo caso a las previsiones estatales.
Oscila la amplitud de estos sectores estratégicos según se analice la configuración económica de un Estado u otro, pese a ello pueden identificarse una serie de materias en las que los poderes públicos han considerado, por regla general, que se necesita de la intervención estatal.
Las materias que acostumbran a ser objeto de un régimen jurídico diferenciado, que habilita al Estado para intervenir son el sector de las telecomunicaciones, el transporte terrestre, marítimo o aéreo, la actividad financiera, el régimen minero, el régimen energético, la actividad financiera y la gestión del suministro de aguas.
A su vez existen diversas y muy variadas fórmulas de gestión de estos sectores de especial relevancia. Los sistemas de economía mixta son compatibles con que estos sectores sean objeto de monopolio público, con la concurrencia entre operadores privados habiendo precios tasados, con el ejercicio de actividades en régimen de concesión administrativa quedando excluidos para la prestación del servicio otros competidores…
En los sistemas de economía mixta, a su vez, se identifican dos tipos de agentes económicos privados: las empresas y las familias.
Las decisiones empresariales tienen lugar, habitualmente, en un marco de libertad económica; el cometido de las empresas será el de alcanzar y consolidar los beneficios empresariales proporcionando bienes y servicios a las unidades económicas domésticas.
Las familias, en las que cuales se integran los consumidores, tomarán sus decisiones económicas de acuerdo con el nivel de ingresos y según las preferencias de cada cual, estando presente en sus decisiones la búsqueda de la eficiencia.
El tercer sector está integrado por entidades privadas sin ánimo de lucro (asociaciones, organizaciones no gubernamentales…), reflejo de fenómenos tales como cooperativismo y asociacionismo, que asumen como meta conseguir ciertos objetivos que comparten con el Estado, propósitos vinculados a la idea de progreso social a través de colaboración con el Estado en satisfacer determinadas necesidades. El ámbito de actuación del tercer sector es muy amplio abundan las entidades relacionadas con el deporte, la salud, derechos humanos, medio ambiente…
La dimensión de este sector no es uniforme dentro de la variedad de sistemas de economía mixta, así en aquellos estados industrializados respetuosos con las libertades civiles y políticas el tercer sector alcanza unas dimensiones destacables.
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— LefisPedia 2011/01/13 17:06 Alejandro Ibáñez Clemente.