¡Esta es una revisión vieja del documento!
Acuerdo de Schengen
La construcción del espacio Schengen comenzó el 14 de junio de 1985, cuando Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo y los Países Bajos firmaron el Acuerdo de Schengen, que estipulaba la supresión gradual de los controles en las fronteras comunes.
Este Acuerdo fue completado por el Convenio de aplicación del Acuerdo de Schengen de 1990, que establece la supresión definitiva de los controles en las fronteras interiores, así como una serie de medidas de acompañamiento necesarias. El Convenio reforzaba los controles en las fronteras exteriores, definía los procedimientos de expedición de visados uniformes, establecía el Sistema de Información de Schengen (SIS), intensificaba la cooperación policial en las fronteras interiores y mejoraba la lucha contra el tráfico de drogas.
Un espacio sin controles fronterizos internos
En la actualidad, el espacio Schengen está formado por 26 países europeos ( de los cuales 22 son Estados miembros de la UE): Bélgica, Chequia, Dinamarca, Alemania, Estonia, Grecia, España, Francia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Hungría, Malta, los Países Bajos, Austria, Polonia, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia, así como Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
Al pertenecer a la zona libre de controles fronterizos internos, estos países:
Por consiguiente, los controles se limitan a la frontera exterior y tanto los ciudadanos de la UE como los nacionales de terceros países pueden viajar libremente por el espacio Schengen.
Bulgaria, Croacia, Irlanda, Rumanía y el Reino unido son Estados miembros de la UE que todavía no forman parte del espacio Schengen. Esto significa que los vuelos desde uno de estos Estados a un Estado Schengen se consideran exteriores y están sujetos a controles fronterizos. Sin embargo, los ciudadanos de la UE tienen derecho a circular libremente cuando viajan por la Unión, tanto por los países pertenecientes a Schengen como por los demás. Cuando un ciudadano de la Unión entra en un Estado de la UE no perteneciente a Schengen, en principio es objeto de una inspección mínima para comprobar su identidad mediante la presentación de sus documentos de viaje.
Integración en el espacio Schengen
Antes de integrarse en el espacio Schengen, los Estados han tenido que demostrar su capacidad de:
Los Estados Schengen son objetos de evaluaciones periódicas cuyo propósito es verificar la correcta aplicación de la normativa Schengen.
Un espacio seguro
A fin de garantizar la seguridad dentro del espacio sin fronteras, los Estados Schengen intercambian información para atajar la delincuencia transfronteriza organizada y el terrorismo. Han incrementado la cooperación policial, en particular mediante la persecución “en caliente”, la vigilancia transfronteriza, la creación de centros y equipos conjuntos y el uso del SIS.
La persecución “en caliente” permite a los agentes de policía de un Estado Schengen que sorprenden a delincuentes en el acto de cometer delitos graves perseguirlos a través de la frontera y detenerlos en el territorio de otro Estado Schengen.
Las normas de Schengen siguen permitiendo a las autoridades nacionales reintroducir excepcional y temporalmente controles fronterizos internos en caso de grave amenaza para la seguridad o de deficiencias graves en las fronteras exteriores que puedan poner en peligro el funcionamiento general del espacio Schengen.