¡Esta es una revisión vieja del documento!
Autor: Alberto LLamedo González
El tráfico de personas es el comercio ilegal de seres humanos para propósitos de esclavitud, explotación sexual, trabajos forzados o cualquier otra forma de esclavitud. Se trata de un delito internacional que viola los derechos humanos, también denominado tráfico del siglo XXI.
En el tráfico de personas usualmente existe intimidación y violencia por parte del empleador, que actúa controlando la libertad del empleado. La principal causa del tráfico de personas en los países de origen, es la pobreza, que no satisface las necesidades de sus habitantes por lo que tienden a huir hacia lugares mas desarrollados. Otra de las causas son las situaciones de violencia, que provocan la expulsión hacia lugares mas tranquilos y seguros.
En España, país receptor de tráfico humano, la principal causa de esclavitud es la sociedad consumista que se da en este país, dominada por las leyes del mercado, y la banalización de la sexualidad. Estas situaciones sociales son aprovechadas por personas empleadoras de seres humanos, que aprovechan para realizar actividades relacionadas con la prostitución en la mayoría de los casos.
Las condiciones en las que viven actualmente la mayor parte de personas víctimas del tráfico humano suelen ser incluso peores que las que se daban en la antigua esclavitud. Al engaño en la captación hay que añadir muy frecuentemente los malos tratos y las inhumanas condiciones de vida, así como la pérdida de libertad. Suelen habitar en el mismo lugar en el que realizan sus trabajos (la mayoría prostitución), sin ningún tipo de documentación, lo que las hace irrelevantes para la sociedad.
La mayor parte de estas personas, son víctimas de un engaño, en el que quedan atrapadas sin poder regresar a sus lugares de origen. Cuando intentan volver a su casa, el camino se les llena de trabas y dificultades originadas por las redes de prostitución para evitar que escapen y así poder seguir tomando provecho de ellas. Suelen recibir amenazas y represalias contra ellas y sus familias, y a problemas psicológicos provocados por los traumas emocionales y por la experiencia vivida.
La esclavitud como práctica de sometimiento de un ser humano por otro, ha evolucionado de una manera totalmente inhumana y como una actividad tan antigua como la historia misma. Aunque sin embargo, en un principio se entendió como un avance de la humanización, puesto que antes de la esclavitud a los vencidos en una guerra se les ejecutaba. En las antiguas civilizaciones (romana, griega, Siria, etc.) era una práctica habitual el comercio de personas, de hecho era una de las actividades mas lucrativas de sus épocas. Es por esto que la sociedad no veía estas actividades como un crimen sino como una actividad comercial con una gran demanda y altos ingresos. La llegada de la Edad Media indujo un gran cambio en la esclavitud humana, ahora se tenía en cuenta la raza u origen étnico, produciéndose sangrientas persecuciones y un crecimiento acelerado de las sociedades esclavistas que tenían por mercancía: negros, indios americanos, chinos, etc.. A pesar de que en el s. XIX se sucedieron muchos tratados, declaraciones y convenciones para erradicar esta actividad comercial, su eficacia fue relativa ya que no fue capaz de frenar el creciente tráfico de personas, debido al elevado precio que se pagaba en países de Europa o Norte América. Durante el siglo XX, La convención sobre la Esclavitud, de la Sociedad de Naciones en 1926, aprobada y asumida en 1953 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, comprometía a los estados firmantes a prevenir y reprimir cualquier tipo de tráfico humano. En 1949, la misma Asamblea General aprobó el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, consolidando otros acuerdos internacionales que databan de 1904. En el que los Estados parte se comprometían a: prevenir la prostitución, rehabilitar a las prostitutas, reprimir a la trata de personas de ambos sexos con fines de prostitución y a suprimir las leyes, reglamentos, registros especiales y otras disposiciones impuestos a las personas que practican, o presuntamente practican, la prostitución.