El adjetivo “hindu” proviene de la palabra que los persas utilizaban para designar a los habitantes del otro lado del rio Indo (Sindhu en sáncristo). El termino fue heredado por loa árabes para referirse a toda la población de la India y más tarde los ingleses lo aplicaron a todos los indios que no pertenecían a ninguna de las religiones minoritarias, sino que se identificaban con el sistema socio-religioso mayoritario, que desde mediados del siglo XIX se llamó “hinduismo”.
El hinduismo es una de las religiones más antiguas del mundo y la practican en la India y es original de este país, siendo 1000 millones de personas quienes la practican.
Además, es una forma de vida, busca que las personas presten más atención a la riqueza espiritual y no a la material. Ya que deben estar “a paz y salvo” para entrar correctamente a lugares santos como el Nirvana. Puesto que todos debemos vivir una y otra vez. Busca que se proteja la vida animal, ya que aseguran que todas las vidas son sagradas.
El hinduismo es tanto un estilo de vida como una relación entre el hombre y Dios. El hinduismo se caracteriza como politeísta, de este modo son innumerables divinidades las que constituyen objetos adoración.
Los pueblos vivían en las orillas del Ganges entre los años 3000 y 1500 a.C, antes de la llegada de los pueblos del norte, adoraban ciertos símbolos de la fertilidad: entre éstos se encuentran la diosa madre, el toro y los árboles sagrados. Los primeros pueblos que vinieron del norte ampliaron estas creencias a otras fuerzas naturales que no podían ni controlar ni explicar. Así fue como divinizaron el fuego, la lluvia, la luna y el sol, entre otros fenómenos naturales.
En el centro de la vida religiosa se situaba el sacrificio, tanto personal como familiar o de toda la tribu. El sacrificio era un modo de suscitar una actitud misericordiosa de los dioses hacia los hombres y de favorecer la unión entre los miembros de la comunidad.
La creencia de que los malos actos son castigados y los buenos son recompensados está en el origen de la idea de trasmigración del alma, también llamada reencarnación. Esto significa que la felicidad o la desgracia que se dan en la vida de las personas son consecuencia de la buena o mala conducta que tuvieron en existencias pasadas. De la misma manera, los actos que realizamos en nuestra vida determinan la cualidad de nuestra próxima existencia. Hasta que no alcancemos un grado de alta perfección, volveremos a nacer después de nuestra propia muerte en forma de animal o de ser humano, según nuestros méritos. Para que las personas lleguen a ese grado de perfección, el hinduismo desarrolló un conjunto de prácticas, llamadas yoga, para ejercitar tanto el cuerpo como el espíritu.
La religión védica estaba fundada sobre un conjunto de himnos, llamados Veda, que se habían trasmitido oralmente. El hinduismo heredó estos textos, a los que añadió otras dos grandes obras: el Mahabarata y el Ramayana. El Mahabarata contiene 200.000 versos y termina con un largo poema en el que el dios Krisna enseña cual es la conducta justa. El Ramayana contiene 40.000 versos y su héroe es Rama, encarnación del dios Visnú.
El hinduismo cuenta con treinta y tres mil dioses. Un religión que incita a sus seguidores a venerar todo aquello que los rodea (ríos, arboles, montañas, animales) tiene que producir, muchas imágenes de lo divino. De hecho todas estas divinidades no son más que rostros de una sola realidad fundamental que los hindúes llaman Brahman (el alma universal), absoluto, sin límites, eterno, de donde nacen todas las cosas. Los diferentes dioses no son más que imágenes de esta realidad invisible. Venerarlos es un medio para acceder a esta alma universal.
Los dioses Brahma, Visnú Siva.
Estos tres dioses ocupan un lugar destacado en el hinduismo:
Hay muchos templos hindúes esparcidos por toda la India y dedicados a diferentes divinidades. Todos los días, en el momento del crepúsculo, los sacerdotes llevan a cabo ceremonias de ofrendas.
La religión en la India se práctica sobre todo en casa. La mayor parte de las familias hindúes montan un pequeño templo doméstico, ya sea en una habitación o aprovechando algún rincón de la casa consagrado a la oración y a las ofrendas de las dioses. Todos los días, en presencia de la familia, el padre o la madre encienden una pequeña lámpara de aceite y hacen ofrenda de la luz y del incienso a los dioses, representados por pequeñas estatuas o imágenes.
Las ofrendas son la base de todos los ritos. Se hacen ofrendas de agua, de fuego, de luz, de flores, de frutos, de incienso; incluso de comida, que después se reparte a todos los reunidos. Todas estas ofrendas y los ritos que las acompañan son el símbolo de la ofrenda del individuo a la divinidad.
Todo el año hindú transcurre bajo el ritmo de las fiestas y de las peregrinaciones. Entre las más celebres se encuentra la fiesta de Divali, que conmemora la vuelta de Rama, el héroe del Ramayana, a su reino. Es la fiesta de la luz. Todas las casas están decoradas con lámparas de aceite. Se celebra el día de año nuevo.