Las cuentas anuales consisten en una serie de documentos contables que debe realizar todo empresario conforme a normas establecidas, a fin de que se pueda conocer en el mercado su realidad económica, reflejando su imagen fiel.
La obligación de formular cuentas anuales pesa sobre todo empresario, bien sea persona física o jurídica. Sin embargo, la redacción de las cuentas no es igual para todas las sociedades. De esta forma, los artículos 257 y 258 de la Ley de Sociedades de Capital establecen la posibilidad de que las empresas que no sobrepasen determinados umbrales puedan redactar Cuentas Anuales Abreviadas.
Los documentos que integran las Cuentas Anuales son:
- El Balance
- La Cuenta de Pérdidas y Ganancias
- El Estado de Cambios en el Patrimonio Neto
- El Estado de Flujos de Efectivo
- La Memoria
Existen unos principios contables generalmente aceptados que tienen un carácter obligatorio, de acuerdo con el artículo 38 del Código de Comercio. Se trata de instrumentos técnicos dirigidos a la consecución de la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa.
Estos principios contables tienen como función la de ofrecer unos criterios básicos, de carácter vinculante, para la elaboración de los documentos que componen las Cuentas Anuales, y a su vez, de facilitar la interpretación de las cuentas por parte de terceros.
Solamente caben dos excepciones a la aplicación de los principios contables: en primer lugar, cuando la aplicación de los principios contables no sea suficiente para que las Cuentas Anuales expresen la imagen fiel del patrimonio, deberán suministrarse en la memoria las explicaciones complementarias necesarias; y en segundo lugar, en aquellos casos excepcionales en los que la aplicación de un principio contable sea incompatible con la imagen fiel, se priorizará esta.
Los principios contables son:
- Principio de empresa en funcionamiento
- Principio de uniformidad
- Principio de prudencia
- Principio de devengo
- Principio de no compensación
- Principio del precio de adquisición
- Principio del valor razonable
- Principio del registro
- Principio de valoración de la moneda del entorno económico
- Principio de importancia relativa
El Balance de Situación es un informe, recogido en un momento determinado del tiempo, que muestra la situación económica y financiera de la empresa. El balance informa, de forma separada y ordenada, de la composición de la empresa en su activo, pasivo y patrimonio neto.
Este documento no nos informa de la variación a lo largo de un periodo de tiempo, sino de la situación en un momento dado, podemos entenderlo como una foto de la estructura económica y financiera en un momento, normalmente al final del año, lo que nos permite poder comparar entre balances generales de diferentes años.
Cada uno de los elementos patrimoniales, activo, pasivo y patrimonio neto, representan unos grupos de cuentas contables. Es muy importante que la suma de ambas partes de el mismo resultado, de acuerdo con la siguiente fórmula:
ACTIVO = PASIVO + PATRIMONIO NETO
El activo recoge el inventario de todos los bienes y derechos de los que dispone la empresa. Los elementos del activo tienen el potencial de producir un beneficio en la empresa.
El pasivo refleja todas las deudas y obligaciones económicas que tiene la empresa, deudas que permiten a la empresa financiar su activo y realizar su actividad. Son deudas que la empresa tiene en el presente dado que las ha contraído en el pasado, como por ejemplo un préstamo bancario o una compra con pago diferido.
El patrimonio neto comprende los fondos propios de la empresa, es decir, aquellos elementos que constituyen la financiación propia de la empresa, como pueden ser las aportaciones de capital de los socios, el beneficio acumulado en años anteriores, y las reservas de la empresa.
Los Activos y los Pasivos se presentan en dos categorías: corrientes y no corrientes, en relación con su plazo. El Balance se presenta en formato horizontal y en dos columnas, ordenando primero activos y pasivos no corrientes, es decir de menor a mayor liquidez para el activo y exigibilidad para el pasivo.
La cuenta de pérdidas y ganancias (también llamada cuenta de resultados) es el resumen de todos los ingresos y todos los gastos que genera una organización durante un ejercicio contable.
La Cuenta de Pérdidas y Ganancias, además de mostrar el beneficio o pérdida del ejercicio, ayuda a analizar como se produce el excedente económico de la empresa, así como cual es su rentabilidad, y su capacidad para generar beneficios futuros.
La PyG tiene un formato de lista, con clasificación de los gastos por naturaleza. En ella, los ingresos aparecen con signo positivo, mientras que los gastos aparecen con signo negativo.
En primer lugar aparecen los ingresos y gastos de explotación, que forman el resultado de explotación, es decir, el beneficio bruto que genera la actividad principal de explotación de la empresa. En segundo lugar, se añaden ingresos y gastos financieros para formar el resultado financiero. y por último, se deduce el Impuesto sobre Beneficios para formar el Resultado del ejercicio.
El Estado de Cambios en el Patrimonio Neto es la cuenta que nos suministra información acerca de los movimientos en el Patrimonio Neto de la empresa a lo largo del ejercicio contable, y de su cuantía total.
Este ECPN no es una sola cuenta, sino que a su vez está compuesto de dos cuentas: el Estado de Ingresos y Gastos Reconocidos, y el Estado Total de Cambios en el Patrimonio Neto.
El Estado de Ingresos y Gastos Reconocidos (o EIGR) recoge como ciertos ingresos y gastos que de acuerdo con el PGC deben imputarse directamente al patrimonio neto, así como las transferencias del Patrimonio neto a la Cuenta de Pérdidas y Ganancias. Se utiliza especialmente para reflejar subvenciones y ciertos activos financieros.
El Estado Total de Cambios en el Patrimonio Neto recoge además de los ingresos y gastos reconocidos, todas las operaciones con accionistas, como ampliaciones de capital y repartos de dividendos, cambios en criterios contables y correcciones de errores, y los cambios de todos los componentes del patrimonio neto.
El Estado de Flujos de Efectivo es la cuenta que informa sobre las variaciones y movimientos de efectivo y elementos equivalentes al efectivo durante el ejercicio contable. Muestra las entradas y salidas de efectivo que representan la generación yo aplicación de recursos de la entidad durante el período. Por tanto, es muy útil porque nos muestra el origen y el destino de los flujos de efectivo de la empresa.
El efectivo es la disponibilidad que tiene la empresa para el desarrollo de sus actividades, como puede ser la tesorería depositada en la caja de la empresa y los depósitos bancarios a la vista, pero también deben incluirse los equivalentes al efectivo: elementos de fácil liquidez y conversión en efectivo como por ejemplo, instrumentos financieros convertibles a efectivo.
El EFE se divide en tres categorías:
- Flujos de Efectivo de Explotación: todos aquellos ocasionados por la actividad principal de la empresa.
- Flujos de Efectivo de Inversión: ocasionados por actividades de inversión, es decir relacionadas con la adquisición o venta de inmuebles, bienes de equipo, instrumentos financieros, y la obtención y pago de préstamos bancarios.
- Flujos de Efectivo de Financiación: relacionados con la obtención y devolución de fondos que pueden provenir de los socios (aumentos de capital, reparto de dividendos) o pasivos financieros.
La Memoria no es una cuenta, sino que es un conjunto de notas que completan, amplían y comentan la información contenida en el resto de las Cuentas Anuales.
Las funciones de la memoria son explicitar los criterios y métodos de valoración empleados en la elaboración de las cuentas; informar de las decisiones adoptadas para solventar lagunas de la normativa contable, explicitar la estructura adoptada en las cuentas, y recoger información adicional directamente relacionada con partidas de las cuentas anuales.
Se trata de un documento abierto, ya que en el Plan General Contable se estructura un contenido mínimo. Por tanto, no hay un formato estándar y tiene cabida cualquier otro dato que la empresa considere necesario.
Entre los epígrafes obligatorios de la memoria se puede encontrar desglosada la información que aparece en las Cuentas Anuales, como la aplicación de resultados, el inmovilizado material, el inmovilizado intangible, instrumentos financieros, existencias, ingresos y gastos, etc.
Sin embargo, cabe mencionar la información contable de base social, que son datos con una utilidad específica para determinados grupos de usuarios: podemos encontrar información útil para los empleados de la empresa, e información útil para el público en general, como la información sobre recursos humanos y la información sobre la responsabilidad social de la empresa.
El PGC define dos modelos de cuentas anuales, dependiendo del tamaño de la empresa, “Abreviado” y “Normal”.
Las empresas podrán utilizar el modelo Abreviado cuando a fecha de cierre, durante dos ejercicios consecutivos, cumplan al menos 2 de los siguientes puntos:
- El total de las partidas de activo no supere los 2.850.000 €.
- El importe neto de cifra de negocios anual no supere los 5.700.000 €.
- El número medio de trabajadores contratados durante el ejercicio no sea superior a 50.
Estas empresas de menor tamaño que cumplan con estas características solamente deberán presentar el Balance abreviado, la Cuenta de Pérdidas y Ganancias abreviada y la Memoria abreviada.
La auditoría tiene como objetivo determinar si las Cuentas Anuales expresan la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa, para lo cual el auditor emite un informe. Esta auditoría de cuentas está sometida a la Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas, y a las resoluciones del ICAC.
No todas las Cuentas Anuales deben ser objeto de auditoría. Voluntariamente, todo empresario puede someter a auditoría sus cuentas, pero solamente están obligadas aquellas sociedades cuyos títulos coticen en bolsa, las sociedades de seguros, y aquellas que por su tamaño no cumplan con las características necesarias para eximirse de esta obligación.
Se exceptúa la obligación de auditar, a aquellas sociedades que durante dos ejercicios consecutivos reúnan dos de las circunstancias siguientes, de acuerdo con el artículo 263 de la Ley de Sociedades de Capital:
- Que el total de las partidas del activo no supere los dos millones ochocientos cincuenta mil euros.
- Que el importe neto de su cifra anual de negocios no supere los cinco millones setecientos mil euros.
- Que el número medio de trabajadores del ejercicio no sea superior a cincuenta.
La intervención sobre las Cuentas Anuales por parte de los auditores tiende a dotar de la mayor transparencia posible a la información económico-contable de la empresa. La auditoría puede ejercerse por aquella persona física o jurídica que se encuentre inscrita en el ROAC (Registro oficial de Auditores de Cuentas) del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC); y sea independiente de la empresa auditada, ya que existe un régimen de incompatibilidad.
El auditor, tras examinar las Cuentas Anuales, emite el Informe de Auditoría, en el que da su opinión, que puede ser:
- Favorable, cuando las Cuentas Anuales reflejan la imagen fiel del patrimonio de la empresa.
- Favorable con salvedades, cuando en algún elemento muy concreto no se refleja una imagen fiel pero sí en la generalidad de las cuentas
- Desfavorable, cuando las Cuentas Anuales no reflejan la imagen fiel.
- Denegada, cuando el auditor se abstiene de emitir una opinión por limitaciones al alcance, es decir, falta de información porque la empresa no le ha dado acceso a ésta.
Las Sociedades de Capitales (Sociedades Anónimas, Sociedades Limitadas y Sociedades Comanditarias por Acciones) además de las Sociedades colectivas y comanditarias cuyos socios colectivos sean Sociedades, están obligadas a depositar las Cuentas Anuales, además del Informe de Gestión y el Informe de Auditoría si proceden en el Registro Mercantil.
Los empresarios individuales no tienen esta obligación, pero pueden realizar el depósito de manera voluntaria. Sí deberán depositar siempre y en todo caso sus Cuentas Anuales en el Registro Mercantil la figura del Emprendedor de Responsabilidad Limitada.
El incumplimiento de este deber de depósitos de cuentas implica en primer lugar el cierre registral: no puede inscribirse ningún otro documento acerca de la empresa en el Registro Mercantil, ya en segundo lugar, la posibilidad de imposición de una multa por parte del ICAC.