Amnistía, del griego (amnestia). Olvido legal de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores (RAE)

El porqué de la palabra.

En la mitología griega, Mnemosine, hija de Urano y Gea, era la diosa de la memoria y madre de las nueve musas, las diosas protectoras de las artes y ciencias. Los antiguos griegos consideraban la memoria como la fuente principal de la inspiración de escritores, artistas y hombres de ciencia o filósofos. El nombre de esta diosa dio lugar al surgimiento de vocablos como mnemónico ‘relativo a la memoria’, mnemotécnico ‘técnica para facilitar la memorización’ y amnesia ‘olvido de todo’.

Además Mnemosine inspiró también la palabra amnistía. Una amnistía, en nuestros días, consiste en el olvido por parte de la autoridad de los delitos cometidos, como si nunca hubieran ocurrido, de tal forma que la responsabilidad de los autores se extingue. Figura jurídica que actualmente se aplica con más frecuencia a los delitos políticos, como reflejo del hecho de que, a veces, con los cambios de gobierno, algunos delitos dejan de ser tales, y el castigo pierde sentido.

La palabra griega amnestía, de la cual se derivó nuestra amnistía, se formó con el prefijo privativo a- y la raíz griega mne-, derivada del indoeuropeo men- ‘mente’, ‘memoria’, ‘pensar’, ‘recordar’. La etimología de amnistía, por tanto, es la misma de amnesia, con la diferencia semántica de que esta última palabra denota un ‘olvido generalizado’, y la amnistía, sólo el ‘olvido de los delitos cometidos’.

Amnistía en nuestros días.

Es una causa de extinción de la responsabilidad penal. Es un acto jurídico, normalmente emanado del poder legislativo. Mediante este acto una pluralidad de individuos que habían sido declarados culpables de un delito pasan a considerarse inocentes por desaparición de la figura delictiva. La amnistía actúa sobre el delito mismo, por lo que, suele tener efectos retroactivos y, entre otras cosas, extingue toda responsabilidad penal o civil además de anular los antecedentes penales. También es importante por el hecho de que se puede decir que es general y, por eso actúa sobre todos los imputados por cometer el delito.

Suele suponer un nuevo juicio de valor sobre la conveniencia de prohibir o sancionar una conducta. Por esa razón, las leyes o actos de amnistía son más frecuentes en momentos de cambios sociales o de regímenes políticos y, en ocasiones, se asocia al perdón de presos políticos, hecho que puede provocar mucha polémica ya que a veces se ha perdonado a presos que cometieron graves delitos en un régimen anterior.

Diferencias entre amnistía e indulto.

- En un primer lugar y, seguramente la diferencia más relevante es que el indulto extingue la responsabilidad penal actuando sobre la pena derivada de un delito, es decir, la persona sigue siendo culpable, pero se le exime de cumplir la pena.

- El indulto supone el perdón de la pena, mientras que la amnistía supone el perdón del delito. Por eso sólo se puede indultar respecto de la parte de la pena que no haya sido ya cumplida, mientras que la amnistía puede implicar rehabilitar al amnistiado en derechos ya perdidos al cumplir la pena impuesta.

- El indulto afecta a una persona concreta, la amnistía afecta a una pluralidad.

- El indulto no extingue la responsabilidad civil derivada del delito a diferencia de la amnistía.

- Para poder otorgar el indulto es necesario un acto administrativo en cambio, para la amnistía, es necesaria una ley. Del mismo modo, para el indulto hace falta que recaiga sentencia firme, cosa que para la amnistía no se necesita.

- La amnistía extingue los antecedentes penales, mientras el indulto no lo hace necesariamente.

- La amnistía se aplica para los delitos políticos, generalmente.

La Ley de Amnistía española del 1977

La Ley 46/1977, promulgada el 15 de octubre, declaraba la Amnistía en el estado español en el 1977. Esta ley otorgaba la amnistía a presos políticos, además de incluir un amplio abanico de delitos que incluían actos políticos, rebelión, sedición y denegación de auxilio que hubiesen sido cometidos antes del día 15 de diciembre de 1976. Entró en vigor en plena transición española con el objetivo de eliminar algunos efectos jurídicos que pudieran hacer peligrar la consolidación del nuevo régimen.

Una ley altamente polémica

La Ley española de amnistía ha sido denunciada varias veces desde su promulgación por Naciones Unidas e incluso Amnistía Internacional ha solicitado en varias ocasiones al Gobierno español la derogación de la misma ya que la considera incompatible con el Derecho internacional y los derechos humanos por impedir juzgar delitos considerados imprescriptibles.

Se ha estudiado esta posibilidad contadas veces y según varios juristas expertos, la Constitución española de 1978 impediría tal derogación, pues la reactivación de una responsabilidad penal que ya ha sido extinguida violaría el principio de irretroactividad de las normas sancionadoras desfavorables establecido en el artículo 9.3 de la Constitución Española.

Amnistía Internacional.

Actualmente presente en 150 países, Amnistía Internacional fue fundada en 1961 por Peter Benenson un abogado británico. Se inspiró en el caso de unos estudiantes portugueses que habían sido encarcelados por brindar por la libertad en su país, decidió publicar el 28 de mayo de 1961 el artículo “Los presos olvidados” en el diario The Observer. En él instaba a personas de todo el mundo a actuar para conseguir la excarcelación de seis reclusos a los que denominó “presos de conciencia”: personas encarceladas por sus convicciones políticas, religiosas u otros motivos de conciencia, que no han recurrido a la violencia ni propugnado su uso.

Para su sorpresa, más de un millar de lectores participaron en esta acción. Sin darse cuenta, Benenson había dado forma a un tipo de activismo que daría excelentes resultados en la lucha contra la injusticia: la acción de muchas personas anónimas a favor de otras personas víctimas de violaciones de los derechos humanos.

“La vela no arde por nosotros, sino por todos aquellos que no conseguimos sacar de prisión, que fueron abatidos camino de prisión, que fueron torturados, secuestrados o víctimas de 'desaparición'. Para eso es la vela”. Peter Benenson

Lo que empezó siendo una campaña puntual pronto se transformó en un movimiento internacional por la defensa de los derechos humanos de carácter permanente. Al cabo de un año, la nueva organización ya había enviado delegaciones a cuatro países para elevar protestas en favor de varios presos de conciencia y estaba trabajando en otros 210 casos de personas encarceladas injustamente.

A medida que Amnistía Internacional fue creciendo como movimiento de personas que trabajan por personas, su foco de atención se fue ampliando a víctimas de otros abusos de los derechos humanos, como la tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte. En 1977 la labor de Amnistía Internacional fue recompensada con el premio Nobel de la Paz, y un año más tarde la organización fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

http://www.es.amnesty.org/index.php

María del Carmen Álvarez Varela.