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Decrecimiento

Definición:

El decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos.

Rechaza el objetivo de crecimiento económico en sí del liberalismo, a su vez, afirman que la conservación del medio ambiente no es posible sin reducir la producción económica que sería la responsable de la reducción de los recursos naturales y la destrucción del medio que genera, que actualmente estaría por encima de la capacidad de regeneración natural del planeta.

Proponen una disminución del consumo y la producción controlada y racional, permitiendo respetar el clima, los ecosistemas y los propios seres humanos. Esta transición se realizaría mediante la aplicación de principios más adecuados a una situación de recursos limitados: escala reducida, relocalización, eficiencia, cooperación, autoproducción (e intercambio), durabilidad y sobriedad. Toman como base la simplicidad voluntaria, buscan reconsiderar los conceptos de poder adquisitivo y nivel de vida.

Quieren evitar una situación de decrecimiento forzado motivada por la falta de recursos, en palabras de Carlos Taibo, “si no decrecemos, mi pronóstico es el siguiente, en virtud de un proyecto racional, mesurado y consciente, acabaremos por decrecer de resultas del hundimiento sin fondo del capitalismo global.”

Historia decrecentista

Aunque su fundamento teórico está en escritos y pensadores del siglo XX ( el Club Roma, y el escritor Georgescu-Roegen), el concepto también es heredado de las corrientes de pensamiento anti-industriales del siglo XIX; lideradas por Henri David Thoreau (1817-1862) en los Estados Unidos, Tolstoï (1828-1910) en Rusia con su crítica del Estado y la importancia de la libertad individual.

Concepto

La teoría enunciada por Nicholas Georgescu-Roegen sobre la bioeconomía en su obra The Entropy law and the Economic Process (1971) forma parte de los cimientos del decrecimiento, así como las críticas a la industrialización en los años 1950, 60 y 70; de Günther Anders (La obsolescencia del hombre, 1956), Hannah Arendt (Condición del hombre moderno, 1958); o del Club de Roma, principalmente a través del Informe Meadows de 1972 que tiene como título en castellano Los límites del crecimiento o la crítica de Iván Illich en La convivencialidad (1973).

Informe del Club de Roma

En 1968, el Club de Roma encarga a un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology un informe para encontrar soluciones prácticas a los problemas planetarios. Este informe, publicado en 1972 y titulado Los límites del crecimiento es el primer estudio importante que indica los peligros ecológicos del crecimiento económico sin precedentes que estaba experimentando el mundo en esa época. Su tesis principal es que en un planeta limitado, no es posible un continuo crecimiento económico.

Fue en un debate en París en 1972 sobre el informe Medows donde Michel Bosquet (Andre Gorz) introdujo explícitamente la idea “decroissance” (decrecimiento).

Tesis de Nicholas Georgescu-Roegen

Matemático y economista, es considerado para algunos como el padre del decrecimiento por su obra The Entropy Law and the Economic Process publicada en 1971, en ella estima que el modelo económico neoclásico no tiene en cuenta el principio de degradación de la energía y la materia (Segundo principio de la Termodinámica, por el cual la entropía en el universo sólo puede aumentar con el tiempo). Por ello, al introducir la entropía en su análisis asocia a cada flujo económico, de materia y de energía una entropía que al aumentar, significa pérdida de recursos útiles.

Conceptos decrecentistas básicos

El movimiento decrecentista nace en 1970 de la conciencia de las consecuencias atribuidas al productivismo de la sociedad industrial, sin importar si ésta sea derivada de un sistema capitalista o socialista, es decir, no sólo es un movimiento anticapitalista sino también una ideología antiproductivista.

La teoría que defiende el decrecimiento opina que al aumentar la producción de bienes y servicios aumentará el consumo de recursos naturales, y si éste es más rápido que la regeneración natural del planeta, como ocurre actualmente, esta situación nos llevaría al agotamiento de recursos.

Críticas al sistema productivista y sus impactos

La huella ecológica

Se define como el área productiva necesaria para continuar con el ritmo de consumo de una población determinada. Es una herramienta habitual para estimar la desproporción entre recursos disponibles y consumidos.

Mientras cada habitante de un país considera de “ingresos altos” vive con lo que producen 6,43 ha, cada habitante de países de “ingresos bajos” lo hace con solo 1 ha (de media).

Para mirar estos datos en perspectiva hay que acercarse al dato que mide la capacidad de regeneración en “hectáreas bioproductivas” de la tierra, que según el informe de 2005 de la asociación “global Footprint Network”, está entorno a 2,1 ha, mientras que lo consumido de media por cada habitante en el planeta está entorno a 2,5ha, por lo tanto estaríamos consumiendo más de lo que la tierra es capaz de regenerar.

Efecto rebote o eficiencia anulada por el consumo

Paradoja de Jevons

Este fenómeno se da cuando se produce un aumento del consumo a causa de la reducción de los límites de utilización de una tecnología, pudiendo ser estos límites monetarios, temporales, sociales… Es decir, que al ser más fácil consumir una unidad de producto (por una mejora cualquiera introducida), aumenta el consumo de este.

Los defensores del decrecimiento postulan un “efecto rebote” sistemático: todo progreso técnico, toda mejora productiva, en vez de reducir el consumo de materias primas y energéticas conducirá al contrario a un mayor consumo, fenómeno ya estudiado por la Paradoja de Jevons en el siglo XIX.

Críticas al sistema económico mundial

Los partidarios del decrecimiento (y reputados economistas, como el premio nobel Joseph Stiglitz) opinan que la búsqueda por parte de los economistas de un instrumento de “medida de la riqueza” les ha conducido a tener en cuenta sólo las riquezas medibles, es decir los bienes y servicios que se pueden comprar y vender, los cuales tienen un valor monetario. El índice por excelencia es el PIB, que sin embargo no tiene en cuenta aspectos como el bienestar de la población ni el valor y conservación de los ecosistemas.

Sistema monetario actual y crecimiento indefinido

Mediante la derogación del patrón oro, el único límite para la creación de dinero “mediante la promesa de pagarlo” es el dinero preexistente. Por tanto, dado que el dinero se crea de cero con una deuda igual, el pago de todas las deudas supondría la desaparición de éste. Sin embargo, los intereses hacen que la deuda total sea mayor que el préstamo, por lo que es imposible, con el sistema monetario actual, que la totalidad de las deudas sean pagadas.

Los ocho pilares del decrecimiento

Serge Latouche propone un sistema de soluciones bajo el prefijo “re-“, que denota repetición o retroceso, a los que ha nombrado como los pilares del decrecimiento o el modelo de las “8 R”:

  1. Revaluar: Sustituir los valores globales, individualistas y consumistas por valores locales, de cooperación y humanistas.
  2. Reconceptualizar: Encaminado sobre todo a la nueva visión que se propone del estilo de vida, calidad de vida, suficiencia y simplicidad voluntaria.
  3. Reestructurar: Adaptar al aparato de producción y las relaciones sociales en función de la nueva escala de valores.
  4. Relocalizar: Es un llamamiento a la autosuficiencia local con fines de satisfacer las necesidades prioritarias disminuyendo el consumo en transporte.
  5. Redistribuir: Con respecto al reparto de la riqueza, sobre todo en las relaciones entre el Norte y el Sur.
  6. Reducir: Con respecto al cambio del estilo de vida consumista al estilo de vida sencilla.
  7. Reutilizar y Reciclar: Se trata de alargar el tiempo de vida de los productos para evitar el consumo y el despilfarro.